Por Bike Plus
Esta es una de las que más me ha impresionado en mi vida.
El Mont Saint Michel se construyó comenzando con una humilde gruta en recuerdo a algún muerto, y creció hasta lo que ven hoy. La fe mueve montañas.
Un caso similar es el de la gruta de Pedro, el apóstol, que llega a convertirse en la Catedral de San Pedro, con 42 cúpulas (iglesias, para todos los efectos) en su interior.
Durante la edad media, los peregrinos viajaban desde lugares distantes para, quizás una vez en su vida, visitar esta abadía. Roma, caminando, o en mula estaba muy lejana.
Siendo las fotos de Jason excelentes, no capturan el momento ensoñador que viví cuando divise por primera vez la abadía a la distancia.
Fotos por Jason Weaver
Verán, la abadía está construida sobre un cerro que cubre la totalidad de un pequeño islote pegado a la costa de Normandía. Así, la abadía exagera su tamaño y se divisa a kilómetros de distancia. Es más, cuando la marea esta alta, pareciera estar aislada de tierra firme, flotando en el mar --ya me imagino la admiración que debió evocar en los fieles medievales, después de una larga jornada.
También recuerdo que hay una rica historia del lugar, que el arcángel San Miguel es el patrono de Francia. Este fue el único lugar que resistió y nunca fue inglés para la guerra de los cien años.
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