Con sus manos entrecruzadas, Alicia comenzó:
"Estás viejo, padre William," dijo el joven,
“Y tu pelo se ha vuelto muy cano;
Y sin embargo, incesantemente te paras en la cabeza—
¿Crees que a tu edad estás haciendo lo correcto?”
“En mi juventud,” contestó el Padre William a su hijo,“Estás viejo,” dijo el joven, “como dije anteriormente,
“Yo temía que esto pudiera dañar mi cerebro;
Pero, ahora que estoy perfectamente seguro que no lo tengo,
Pues, lo hago una y otra vez.”
Y has crecido inusualmente gordo;
Y sin embargo, diste un salto mortal hacia atrás en la puerta—
Oro, ¿cuál es la explicación para eso?”
“En mi juventud,” dijo el sabio, mientras se sacudía sus rizos grises,
“Yo mantuve mis extremidades muy flexibles
Mediante el uso de este ungüento—a un chelín la caja—
¿Me permites venderte un par?”
“Estás viejo,” dijo el joven, “y tu mandíbula está débil
Para nada más duro que el sebo;
Sin embargo, tú engulliste el ganso, con huesos y el pico—
Oro, ¿Cómo lograste hacer eso?”
“En mi juventud,” dijo el padre, “Yo tomé a las leyes,
Y argumenté cada caso con mi esposa;
Y la fuerza muscular, que le dio a mi quijada,
Ha durado el resto de mi vida.”
“Tu estás viejo,” dijo el joven, “uno difícilmente supondría
Que tú ojo está tan seguro como siempre;
Sin embargo, balanceaste una anguila en la punta de tu nariz—
¿Qué fue lo que te hizo tan endemoniadamente listo?”
“Ya contesté tres preguntas, y eso es suficiente,”
Dijo su padre; “¡no te des más aires!
¿Crees que puedo escuchar todo el día tal cosa?
¡Vete, o te patearé escaleras abajo!”
~ Fin ~
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